jueves, 14 de agosto de 2014

Stirling & Edinburgh

Ayer, tras un primer intento fallido de coger el tren, pedalee hasta la siguiente estación, y acompañado del mujir de las vacas lanudas y unos cuantos puertos de montaña solitarios, logré coger un tren que me trajo hasta Stirling, donde después de visitar el monumento a Wallace y echar un vistazo a su castillo, abandoné pronto la ciudad. Un gran acierto por mi parte, ya que aunque encontré con cierta facilidad una tienda para meter la bici dentro, cerraba a las seis así que no me entretuve demasiado. La suerte es que aquí los taxi son muy grandes y la caja cupo cual ancho era, para luego coger el "tram" hasta el aeropuerto. Pan comido, con la anecdota de que al subir al tram (que es un tranvía) esperaba comprar el billete dentro, pero el revisor muy majo él, me dijo que si me pillaba sin billete debía pagar 10 libras de multa, así que el muy escocés, me hizo bajar dos estaciones después, comprar el billete y volver a subir. Todo esto, mientras el tranvía esperaba a que el españolito comprara el billete ante la antenta mirada de todo el tranvía. Vamos que para que luego digan que el tren no espera a nadie! JA!
Lejos de avergonzarme al subir di las gracias a todos por esperarme y las carcajadas de los ocupantes aún resuenan en mis oídos.
Un hasta luego Edimburgo, como debe ser, entre risas.

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