viernes, 1 de agosto de 2014

De Loch a Loch

Salir de Tabert tampoco fue fácil y de nuevo di muchas vueltas para encontrar el camino, tanto que a veces uno se pregunta si es posible perderse más veces y subir y bajar la misma montaña, pero al final siempre luce el sol o aparece un lago en el que tumbarse. Tanto es así que cuando por fin encontré el camino de baldosas amarillas a eso de las cuatro de la tarde decidí acampar junto a un loch, que es como aquí llaman a los lagos. Junto a tan idílico lugar, puse la tienda, colgue mi ducha portatil que estaba deseando estrenar y me dejé llevar por el sonido mecido de las aguas mientras rezaba para que no hubiera luna llena y subieran las aguas, llevándome en un mar de olas. Pero aunque la noche volvió a ser lluviosa, la mañana se despertó tranquila, tanto, que las aguas del lago me hechizaron y acabé dándome una baño como diós me trajo al mundo, entre aquellas mismas aguas solitarias que tan revoltosas estuvieron la noche anterior.
Con el recuerdo de ese baño tan reparador mis piernas decidieron despertar y hoy he llegado a Inveraray, después de superar unos cuantos puertos de montaña, y pedalear entre frondosos bosques y espectaculares lagos, hasta llegar al último pueblo dóndeun arcoiris sobre el lago acabó de cerrar un día mágico.

Mañana si todo va bien Oban.

Que Glasgow me da eso

No hay viaje que comience, en el que no me pase un mínimo de 24 horas sin dormir y sin comer y este no iba a ser menos, así que supongo todo va bien:)
Después del cheking a las 4:00 y un retraso del avión de casi dos horas, porque se les estropeó el aire acondicionado llego al aeropuerto de Eastwick y lo primero que me encuentro es a un fan de elvis saliendo del baño, no sabía si estaba soñando o es que me había dado una pájara antes de empezar. Después del shock, tren a Glasgow porque el supuesto parque por el que iba a cruzar y empezar la ruta no se donde lo vi pero no existía, menos mal que no desembalé la bici, sino la lío. Aunque no me libre de deambular más de dos horas por la ciudad buscando esa famosa ruta en bici que no la conocía nadie... Cuando porfin la encuentro, tarde tanto en decicirme donde acampar, que el final del día se me vino encima y justo me llegó para montar la tienda y ver como la lluvia me daba las buenas noches. Hoy que tras un par de horas de pedaleo ha salido el sol, dejando atrás esas primeras 30millas del ayer, aprovecho para secarlo todo y ver lo que me acontece en el día.