jueves, 7 de agosto de 2014

Son las 15:30

Hoy es el primer día, que el sol de la mañana me despierta, y eso sabiendo que aquí amanece al rededor de las 6, es un madrugón, aunque normalmente me levanto a las 7:30 pues entre recoger y desayunar, se pasan las horas volando más que pedaleando. Hoy me tocaba desandar parte de lo andado para ir a ver el castillo en Dornie, así que para no repetir ruta, elegí una alternativa que recorría de lleno las highlands. Un total de casi 40 millas de desvio, dos puertos con sendos desniveles de 1000metros y rampas del 20% hicieron que a las 15:30 me plantara en un "argentinizado" hostel, me comprara un buen trozo de carne y una cerveza y me diera una comilona y una cena como diós manda.
Mañana tengo dos posibles rutas que según se levante el tiempo y mis fuerzas optaré por una u otra, aunque a decir verdad, hasta hoy, no había sudado la camiseta:)

Casi Inmortal

Como no podía ser de otra manera, la lluvia hizo acto de presencia y aunque hoy tocaba hacer una de las visitas ineludibles del mapa, tuve que esperar hasta las doce para empezar a dar pedales. Pero nada como un bien "roll" de bacon y un café de densa espuma para amenizar la espera tras los cristales del café.
Pero al cruzar a la isla de Sky, el tiempo cambió y me regaló unas vistas tan espectaculares como las del día anterior. Dándome alas suficientes como para llegar al Eilean Donan Castle, donde se rodó parte de la película de los inmortales. No importan las lluvias pasadas, el poder ver el castillo con un cielo despejado y los reflejos en el lago, bien valen días de lluvias.

Pdt: Aquí la cobertura es nefasta, por eso no puedo publicar todos los días, sólo cuándo pernocto en un hostel o que por la gracia divina, entre prado, lago y boñiga haya cobertura.

Harry Porretas

Hoy he pasado las primeras 24horas sin lluvia, entre sol y nubes, que han hecho el camino entre Fort William y Mallaig un auténtico sueño. Nada más despertar, fui directo a Glenfinnan, a ver pasar el Jacovite, el expreso de vapor que lleva a Harry Potter a Hogwarts. Ese en el que los dementores le atacan y donde traeré a mi little brother cuándo vuelva a Escocia.
La verdad que no estaba en mis planes ir, pero me pillaba tan cerca, que no he podido resistirme, sobretodo al saber que justo delante del acueducto por el que pasa, está el lago por el que Harry se da un garbeo volando.
La experiencia de ver el tren ha sido inolvidable, casi como viajar en el tiempo, una lástima que haya que reservar con meses de antelación para subir. Pero el día ha salido tan magnífico, que ha convertido la serpenteante carretera paralela a la costa y a las vias del tren, como la mejor por la que jamás he pedaleado.
Con suerte, mañana cruzaré a la isla de Sky, que espero recorrer en un par de días, siempre que el tiempo me acompañe.
En un camping, junto al sonido de la lluvia que ya vuelve a aparecer, un tren que pasa y la Dolly que no para de berrear...

Un abrazo.