martes, 29 de julio de 2014

TrenFé

Prisas, Imprevistos de última hora y al llegar a la estación de tren el primer reto... la caja no cabe por el escaner, ni de canto ni de pie, 5 minutos para que salga el tren, pero se retrasa. Por suerte el señor que va delante mio presiona el botón de parada de emergencia y se detiene la cinta (ahora vas y te cuelas otra vez...).
Ni corto ni perezoso, aunque con mucho sueño, hambre y sed, cojo la caja de la bici de 30kg y la paso por al lado del escaner. El operario me mira con cara seria, pero yo se que al que tiene entre ceja y ceja es al abuelo, que se ha puesto hecho una furia porque va a perder el tren y encima le dice por lo bajini que ha sido mi culpa:)
Le digo al operario que la bici no cabe por el escaner, que si me deja pasar, accede encantado diciendo
-pasa hombre pasa, total esa caja no te van a dejar subirla al tren-
Este no conoce mi cara de leche condensada, en china querria verle yo comiendo pasta en el tren del averno.
Llego al andén y el supervisor mira la caja y dice...
-Me temo que eso no cabe en el tren.
Otro con el rintintin, que ya se parecen a los chinos cada vez que me revisaban el pasaporte. En ese crucial momento es cuando pongo mi carta de leche condensada y me dice que... verá lo que se puede hacer.
Empieza a decirme que sin las medidas máximas son tal y cual, que si pascual, el tren que llega y después de hacer varias llamadas como el tren va casi vacio, encuentra un sitio para mí y la bici, incluso un asiento doble.
El resto ya os lo podéis imaginar, otra odisea para encontrar el bus al aeropuerto, dónde ahora me encuentro, esperando sean las tres de la mañana para tener el último reto y saber si puedo volar a el aeropuerto de Eastwich o si me quedo en tierra.

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